El rastro de la muerte que deja el COVID-19 en Boyacá escribe historias de dolor y desolación.
"Mi padre permanece 8 días en centros médicos y el último día fallece y nos dicen que es por COVID-19", dice Bibiana Barrera Álvarez.
Su padre era Juan Isidro Barrera, líder comunal y ambientalista de Tunja. Perdió la batalla a pesar de tener los cuidados para evitar este enemigo invisible.
"Un día se enfermó de una tos y definitivamente se lo llevó. Era un líder comunal de Tunja, pensionado de la Gobernación de Boyacá a la que le entregó toda su vida con mucho amor", afirma Bibiana con tristeza.
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Son 365 fallecimientos en una región donde se ha motivado el llamado a la responsabilidad social.
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"Los pacientes cada vez más graves, las UCI cada vez más llenas, simplemente por no acatar o cumplir las medidas", señala Fernando Suárez, presidente del Colegio Médico de Boyacá.
La secretaria de Salud de Sogamoso, Yolima Mesa, explica que se debe mantener la seguridad: "Las medidas de autoprotección como el lavado frecuente de manos, el correcto uso del tapabocas y el distanciamiento social se nos deben convertir en un estilo de vida"
Sogamoso ocupa el primer lugar de fallecimientos con 88 personas, lo siguen Tunja, con 67; Duitama, con 56; Puerto Boyacá, con 23; y Chiquinquirá, con 17 muertes.
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"Aunque en Boyacá logramos triplicar la capacidad de las Unidades de Cuidados Intensivos, pasando de 66 a 205, el número de pacientes en estas camas ha venido en aumento. En este momento, 110 personas se encuentran hospitalizadas; de esas 110, 72 son por causas directas del COVID-19".
Boyacá, en el trascurso de la pandemia, ha registrado 17.068 casos positivos de coronavirus.