El fotógrafo Luis Benavides contó, después de 30 años, cómo consiguió las fotografías que el capo prohibió.
Este lunes 2 de septiembre se cumplen 30 años de la bomba que estremeció al diario El Espectador y que destruyó gran parte de la sede ubicada en la avenida 68 de Bogotá. En Medellín también se vivía una época de zozobra por las amenazas de Pablo Escobar contra los periodistas y reporteros gráficos, quienes no podían asistir a los sitios de información.
Pero ¿cómo era posible que El Espectador publicara las fotos de hechos que ocurrían en Medellín cuando ningún periodista o fotógrafo del diario podía estar en esos lugares?
La respuesta la tiene el reportero gráfico Luis Benavides, quien por primera vez cuenta en Noticias Caracol el secreto que tuvo guardado por casi tres décadas.
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Luis andaba, que trabajaba para El Tiempo, andaba con dos cámaras porque su papá, Alfonso Benavides, empleado de El Espectador, estaba "vetado" por las amenazas de Pablo Escobar. Él tomaba imágenes con dos rollos, uno para su casa periodística y otro para su padre.
Entre finales de la década del 80 y principios de los noventa fueron decenas de carros bomba los que estremecieron a Medellín y que Luis registró con sus dos cámaras.
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