La banda estaba compuesta por seis personas, entre ellas dos parejas de esposos. Su modalidad predilecta era el cosquilleo.
Distraer al transeúnte y aprovechar el descuido para sacarle las pertenencias, esa era la lección que dictaban los delincuentes.
Un policía encubierto y varias grabaciones, de más de 200 horas, fueron clave para desarticular la organización criminal.
Transeúntes en la capital risaraldenses son conscientes de que en la próxima época decembrina deben cuidarse mejor de los amigos de la ajeno.
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