Una grave emergencia se registró en una vereda de Ricaurte, en Nariño, por cuenta de la ruptura del oleoducto Trasandino . Lo que preocupa es que en la zona se registra el robo de petróleo y el crudo que no es hurtado afecta directamente a la flora y fauna.
El Ejército Nacional inició una ofensiva para detener el derramamiento del crudo y para asegurar el sector de la emergencia.
Al parecer, la ruptura del oleoducto ocurrió cuando delincuentes trataron de instalar una válvula y así robar petróleo. Este hecho fue atribuido a las disidencias de las FARC que delinquen en la zona.
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Mediante un comunicado, Ecopetrol hizo un llamado a la comunidad para que “se abstenga de acercarse al lugar del incidente, consumir o utilizar agua del lugar y encender fuego”.
Entretanto, los habitantes de la zona, como Mauricio Rodríguez, hablan de los daños que ha causado el derramamiento de petróleo: “Afectó el camino, el agua que consumimos. Se afectaron los chiros, las matas de limón, de caña, plátanos y yuca”.
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En febrero de 2023 se han desplegado más de 10 operaciones para ubicar miles de barriles de crudo que han sido hurtados y que han sido procesados en piscinas que operan como refinerías artesanales e ilegales.
Durante las incursiones, los militares detectaron 170 mil galones de combustible que serían destinados para el procesamiento de pasta base de coca.
“Han ubicado y neutralizado 38 válvulas ilegales de extracción, 33 refinerías y 36 piscinas ilegales en diferentes áreas rurales del Pacífico nariñense”, recalcó el general Carlos Padilla, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido Número 2.
Entre el 1 y el 17 de febrero de 2022 las disidencias de las FARC robaron 142.495 galones de petróleo. En el mismo periodo de este año hicieron hurtaron 164.995 galones, lo que equivale a un incremento de 22.500 galones.
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El impacto ambiental ocasionado por la explotación de la industria petrolera a la Ciénaga de Palagua , en Boyacá, no es un tema nuevo y desde hace décadas se ha denunciado esta situación ante los distintos entes de control, autoridades ambientales y gubernamentales de Colombia.
El tema de los impactos ambientales es complejo y está documentado desde hace varios años.
Para entender el problema hay que remontarse a los años 50 cuando la Texas Petroleum Company llegó a la región a iniciar la explotación de estos yacimientos de hidrocarburo.
La llegada de la multinacional trajo el desarrollo a la zona Puerto Boyacá, cuenta Wilson Valencia, hijo de uno de los colonos que ya estaban allí antes de que se iniciara las explotaciones.
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Durante más de 30 años, la Texas explotó estos campos en dos puntos principalmente, Campo Palagua y Campo Velásquez, este último entregado a perpetuidad por los gobiernos de la época, es decir nunca ha pagado regalías al Estado.
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