Después adentrarse aguas adentro en río Baudó, llegó la comisión humanitaria en la que participaron las diócesis de Istmina-Tadó, Quibdó y Apartadó , en su misión de corroborar la difícil situación que viven las comunidades por el conflicto armado que está destruyendo la armonía en esta zona del país.
Frente a la cámara del reportero Jesús Abad Colorado, los tres obispos de la región del Baudó plantaron su pedido, en la entrada de la iglesia de Pie de Pato, marcada por el olvido y donde se sienten los pasos de la guerra, del desplazamiento
“La Iglesia del Chocó, representada en los obispos de Apartadó, Quibdó e Istmina-Tadó, une su voz a la iglesia colombiana para pedirle con claridad contundencia al gobierno nacional, que mire definitivamente a estas tierra del Chocó, específicamente esta subregión del Baudó. No podemos seguir arrastrando una historia de olvido, de desprecio que alimenta la violencia, la muerte”, manifestó el obispo de Istmina-Tadó, Mario de Jesús Álvarez.
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Fueron días intensos que compartieron con el pueblo Emberá, que a pesar de sufrir el confinamiento y no poder realizar su actividades diarias, acogió a la comisión compartiendo alimentos según dictan su tradiciones.
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Entretanto, la comunidad embera describió su tragedia a la comisión, fueron crudos relatos de cómo guerrilleros del ELN e integrantes del Clan del Golfo han apuntado sus armas para destruir sus vidas.
El obispo Álvarez le hizo también un llamado a los grupos armados para que paren el sufrimiento.
Por el momento, los damnificados de esta situación seguirán esperando una respuesta del Gobierno Nacional, mientras enarbolan la imagen de sus muertos.