La otra cara de la comuna 13, a la que llegan hasta 1.000 turistas cada día

Los jóvenes de San Javier, como se le conoce a ese sector de Medellín, han logrado demostrar que su territorio no solo es un espacio en disputa entre pandillas.

Además, es un lugar de innovación y desarrollo, pues en la actualidad es uno de los puntos más visitados de la ciudad.

La Alcaldía intenta darles una mano a estos jóvenes y en los últimos tres años entregó cerca de medio billón de pesos en inversión social. A esto se suma el empuje de quienes viven allí.

“Estuvo el estado, grupos al margen de la ley, guerrilla, muchas cosas que pasaron; creo que lo más importante es lo que hoy hemos mostrado como comuna, y es apropiarnos de nuestro espacio, nuestro territorio”, dice Sebastián Castro, líder del Parche de Jóvenes Ruta 13.

Daniel Felipe Quiceno, otro líder juvenil, dice que la comuna “es un territorio que ha demostrado cómo superar muchas adversidades, que aún falta prepararnos mucho pero estamos aprendiendo a hacer catarsis”.

Entre laberintos fue construida la comuna 13 de medellín, años atrás estos espacios eran utilizados para el conflicto, pero hoy la gente que vive en esta zona lo único que pide es que no sean más estigmatizados y por el contrario que haya más oportunidades en este sector de la ciudad.

Johana Echavarría lanza un clamor común en las madres del lugar: “quiero que mi niño sea un hombre de bien, que estudie, que sea una persona profesional”.

Son los pequeños el futuro de la 13, como ellos la llaman, una comuna que pese al conflicto hoy recibe más de mil turistas extranjeros al día, producto de la innovación y desarrollo social.

“El color, la transformación, la alegría de la gente eso es lo que nos hace a nosotros únicos y primordial es ser auténtico, cuando usted muestra lo que realmente es, la gente va a llegar”, afirma Sebastián.

“Sean todos bienvenidos a la 13 para que vean qué dicen, por qué juzgan y critican si antes de conocer, primero hay que ver, sean todos bienvenidos a las 13”, manifiesta Jorge Mario sobre este paraíso urbano, un pulmón de cultura, el único barrio del mundo con unas escaleras eléctricas a las que se suman el metrocable y el metro.

“Lanzamos balas de danza, balas de música, balas de alegría, balas de qué la gente se vaya con un pensamiento diferente de la comuna”, dice Jorge Mario Alzate, otro de los jóvenes de la comuna.

Muchos de ellos decidieron alejarse de los violentos y han visto en el arte y la educación la estrategia para el progreso pese a los altos niveles de pobreza.