Leidy Robayo, esposa del taxista, indicó que los médicos dan un pronóstico reservado. Entre tanto, la indignación está a flor de piel en la familia del conductor.
Frank Deiro Ospina, hermano, denuncia en medio de su dolor que “da tristeza cómo en este país la justicia es muy lenta”. “Mi hermano está vivo por un milagro de Dios. Esas personas lo atropellaran y dejaran como un animal tirado en el piso”.
Otros taxistas también alzan su voz de protesta con pancartas que dicen: “exigimos justicia”, “no más conductores irresponsables”.
Sin embargo, la alarma está presente entre los ciudadanos. En lo que va de año, solo en Bogotá 48 personas ha perdido la vida por cuenta de carros fantasmas, es decir, conductores que se dan a la fuga luego del accidente.
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De estos casos, solo 8 han sido esclarecidos por la justicia.