Monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de la diócesis de Buenaventura , aseguró que la situación en ese municipio ha tenido pocos cambios luego del éxodo y el desplazamiento que generaron bandas delincuenciales que se disputan las rutas del narcotráfico.
Pese a que Buenaventura estuvo en la lupa del Estado colombiano , el religioso afirmó que, si bien han capturado a varios criminales, las soluciones de fondo todavía no llegan.
“Tenemos que decir que se han mejorado algunos aspectos de seguridad. En el tema policivo llegaron uniformados, investigadores y helicópteros, ellos han capturado a los jefes de las bandas y dan sensación de seguridad en la ciudadanía, pero no es suficiente, las grandes estructuras se mantienen”, dijo Jaramillo.
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Además, puso sobre la mesa la preocupación por el arribo de la guerrilla del ELN, misma que ya ha causado terror en el Pacífico colombiano.
“Vemos con preocupación la llegada del ELN a zonas rurales, nos preocupan los desplazamientos, la gente sigue con temor. La gente se desplaza de los barrios y se va a otras ciudades cercanas, la gente sale del territorio porque se sienten inseguros. Sabemos que el tema es grande y complejo, pero necesitamos soluciones estructurales”, expuso.
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Monseñor concluyó afirmando que la inversión social no ha llegado y que los grupos criminales pueden volver a aumentar la intensidad de sus fechorías.
“Los enfrentamientos se disminuyeron en varias zonas por la presencia militar, eso lo agradecemos, pero se necesita más contundencia pues los grupos se calman un tiempo y vuelven a hacer de las suyas. La inversión social no llega, seguimos en las mismas. En el tema de seguridad se mejoran situaciones, pero en cuanto a salud, educación y servicios públicos seguimos con dificultades”, concluyó.