Si de batallas se trata, Luz Zapata está superando una de las más duras: tuvo que luchar contra un fenómeno natural para salvar su vida y ahora debe afrontar la pérdida de sus familiares que murieron en la avenida torrencial en Dabeiba.
“Eso fue en la casa de mi madre, hoy ya no queda nada. Se llevó a mi sobrina, con los otros niños y mi madre y mi cuñada. La avalancha se los llevó”, dijo.
Ella hace parte de los 233 damnificados que se encuentran en uno de los alberges que fueron adaptados en el municipio de Dabeiba, luego de que las lluvias los dejaran sin vivienda. En el lugar, la comida no les sobra, pero tampoco les falta.
Otros que también resultaron afectados fueron Tommy y Harry, dos hermanos perrunos, a los que a avalancha los cogió desprevenidos. Sin embargo, se salvaron y hoy están juntos en las malas, buscando quién los adopte.
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“Ellos son como nosotros los seres humanos, la verdad es que ellos también sienten, ellos en este momento también están sufriendo por esto que les sucedió a estas familias, ellos también perdieron mucho porque hay unos que no tienen dueño”, manifestó Diana Úsuga, una damnificada.
Claudia Zapata, otra afectada, tiene el pantano entre las uñas y el pantalón porque no ha dejado de buscar a su prima y los tres hijos de ella.
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“La idea es encontrarlos sea como sea, estuvimos por allá, pero la casa, realmente todo, se fue hasta la quebrada. Se encontró el piso de la casa en quebradas”, explicó.
En este pequeño albergue no cabe la tristeza que pueden sentir estas personas, pero la esperanza no se pierde cuando las ganas de vivir son más fuertes que la tormenta.