Esta trágica historia comenzó la noche del 31 de diciembre de 1993. Nancy Mestre era una joven barranquillera, tenía 18 años y una vida por delante. Ese día salió de su casa con Jaime Saade, su pretendiente, pero nunca regresó. Su padre, Martín Mestre, luchó 30 años por hacer justicia.
Este padre preocupado llegó a la casa de Jaime Saade en la mañana del 1 de enero de 1994, allí se topó con la escena más aterradora de su vida.
“Encontré a la mamá limpiando el apartamento, yo no me di cuenta que era sangre, era sangre de mi hija”, relató Martín Mestre, padre de la víctima.
La mujer dijo que Nancy había sufrido un accidente, por lo que Martín llegó a la clínica y quedó devastado: "Vimos que tenía un disparo en la cabeza, nos dijeron que se había suicidado. Duramos nueve días en la clínica hasta cuando, por fuerza del destino, falleció”.
Según las autoridades, Jaime Saade, 10 años mayor que ella, la violó e hirió con arma de fuego. El hombre huyó después de lo sucedido, pero ese mismo año fue condenado a 27 años de prisión. Desde entonces, el padre de Nancy no descansó un solo minuto para lograr encontrar al asesino de su hija.
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Fueron días de búsqueda incansable por hacer justicia, meses en los que Martín Mestre le siguió la pista con un grupo de abogados y ayuda de organismos estatales. Hasta que, en el 2020, 26 años después de la muerte de su hija, las autoridades dieron con el paradero de Jaime Saade en Belo Horizonte, en Brasil.
“Esta persona estaba usando una cédula falsa, se identificaba como Enrique Dos Santos, se estaba desempeñando como médico allá”, aseguró el general Ricardo Alarcón, comandante de la Policía de Barranquilla.
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Jaime Saade había cambiado su nombre y aspecto físico. Los investigadores le siguieron el rastro y fueron sus huellas dactilares en un vaso la prueba reina para ubicarlo.
Así lo explicó el coronel Carlos Currea, jefe de la oficina de Interpol Colombia: “Esta persona en un espacio público estaba tomando unas bebidas, deja en uno de esos vasos pulpejos dactilares y es así como ante la duda, pues se hace un ejercicio judicial allá en Brasil, hacemos el cotejo de las dactilares en Colombia y logramos establecer que era esa persona”.
Fue quizá la mejor noticia en décadas que pudo recibir Martín Mestre: por fin la vida se encargaba de darle la justicia que merecía la memoria de su hija.
“Una responsabilidad conmigo, con mi familia y con ella era buscarlo, encontrarlo y traerlo para que pague su condena”, señaló el padre de la joven.
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Cuatro años después de ser capturado en Belo Horizonte, en Brasil, la embajada de Colombia en ese país confirmó que Saade fue extraditado este 11 de abril de 2024.
Hoy, el padre que pasó 30 de sus 82 años luchando por hacer justicia por el crimen de su hija, parece estar tranquilo. Él recuerda ese 9 de enero de 1994 cuando, en medio de lágrimas y junto al cuerpo de su hija, le juró que encontraría a su asesino para que pagara por lo que hizo y le cumplió.
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