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Se trata de Librado Antonio Sallas, un joven de 22 años que el pasado 19 de abril fue capturado en flagrancia cuando intentaba hurtar una panadería en el barrio Central, ubicado en el municipio de Bello, norte del Valle de Aburrá.
Antes de cometer el ilícito fue sorprendido por la Policía e intentó huir por un tejado, pero fue capturado.
La Fiscalía estableció que, en el momento del hurto, el joven estaba infringiendo la medida sanitaria, por lo que eljuzgado impuso una sentencia de 27 meses de prisión por tentativa de hurto y otros 6 meses por violación a la medida sanitaria, convirtiéndose en el primer condenado por no cumplir con el asilamiento preventivo obligatorio por la pandemia del COVID-19.
“Tenemos que dimensionar que hay formas anticipadas de terminar el proceso penal tal y como lo trae el Código del Proceso Penal, pero reitero, no fue que el señor Sallas Anaya haya sido vencido en juicio o se haya practicado una prueba que condujera a ese juez a más allá de toda duda razonable para que emitiera una sentencia”, subrayó el abogado penalista Óscar David Santamaría.
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Durante toda la cuarentena, la Policía en el Valle de Aburrá ha capturado a 590 personas por infringir la medida sanitaria.
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