Pocos saben que en Antioquia se encuentra la finca que llegó a ser la más productiva de Colombia. La Amalia fue fundada en 1888 por Ignacio de Márquez y Amalia Madriñán de Márquez. Este espacio de 238 hectáreas se convirtió en un centro económico tan importante que llegó a crear su propia moneda.
Situada en el municipio de Venecia, en el suroeste antioqueño, era uno de los terrenos más destacados entre las fincas cafeteras del país. El negocio familiar de la guatemalteca Amalia Madriñán, quien fue criada en Popayán, era nieta de inmigrantes españoles y prima de Pedro Nel Ospina.
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La historia detrás de La Amalia
El medio Blu Radio realizó una reciente entrevista a Emidgio Patiño, habitante de Venecia, sobre la historia detrás de esta finca exportadora de café. Patiño afirmó que la finca llegó al punto de “producir 20.000 arrobas de café trilladas” y que era llevado hasta los puertos para “exportarlo a Holanda, Europa y Estados Unidos”. Además, añadió que “fueron los mejores registros de exportación de café en Colombia”.
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Aunque también cultivaban caña de azúcar para la producción de panela, el mayor sustento económico provenía de la cosecha de café y su exportación a nivel internacional.
"Las estadísticas dicen que con lo que les dejaba la panela, con eso pagaban todos los gastos de la finca, o sea que la producción de café era toda líquida, era prácticamente ganancia”, aseguró Patiño al medio anteriormente mencionado.
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Por ello, la creación de la moneda demostraba la solidez económica de la finca. Con este dinero, se podían comprar alimentos o simplemente guardarlo debido a su gran valor adquisitivo.
"Recogían esas fichas los sábados y, dependiendo de lo que hubiera cogido, le pagaban en plata. O sea, las fichas las pagaban por monedas en pesos, entonces lo bueno era que, por ejemplo, usted se iba con esas fichas para la casa y tenía plata en el bolsillo. Iba a cualquier tienda y compraba con esas fichas y le devolvían en pesos", reveló Patiño.
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Un imperio cafetero
El coleccionista e investigador numismático José Serna escribió para la página web de Coleccionistas de Monedas acerca de la finca La Amalia. En su presentación, aseguró que mientras se construía el imperio cafetero, la dueña del terreno supervisaba desde la siembra y la cosecha hasta la transportación del café a los mercados internacionales.
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Asimismo, mencionó que, tras la muerte de Ignacio de Márquez, su esposa trabajaba como costurera por las noches para reunir el dinero necesario para comprar elementos para la finca.
En su investigación, José Serna señaló que, tras la muerte de Amalia, la finca ya se había convertido en una de las plantaciones de café más preciadas de Colombia, gracias al esfuerzo de la familia.
La finca pionera en la exportación de café se encuentra en transformación para convertirse en un destino turístico que atraerá a visitantes interesados en la historia del café y la belleza del paisaje antioqueño.