Aunque no sabe leer ni escribir, el artista de 90 años compone como los dioses. Pensó que lo suyo era el vallenato, pero su historia comenzó a ritmo de llamador.
Su talento lo volvió pieza clave de los Gaiteros de San Jacinto y las maracas y el tambor alegre no sonaron igual sin él.
Con su sombrero vueltiao y sus letras traspasó fronteras. Canciones como ‘La pava congona’ y ‘Campo alegre’ sonaron en México, Argentina, Argelia y hasta en la ciudad del amor, París.
Uno de sus mayores alegrías llegó en el 2007, cuando los Gaiteros de San Jacinto ganaron un Grammy con el disco ‘Fuego de sangre pura’.
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Juan Fernández Polo, nombre verdadero de Juan Chuchita, reconoce que plata no tiene, “pero me he dado a valer (…) he caminado bastante, todavía el año pasado no pensé ir tan lejos y estuve en París”.
Su herencia corre por las venas de algunos de sus diez hijos y, cuando la sangre llama, lo mejor es ponerse a cantar, recordar unos cuantos versos, colgarse la mochila y empezar a bailar.
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