En la localidad de San Cristóbal, sur de Bogotá, jóvenes están arriesgando sus vidas en un juego que podría ser mortal. Descienden de la parte alta de la montaña en sus bicicletas y regresan a la parte alta amarrándose a buses.
Literalmente toman cuerdas que amarran a los vehículos y suben en medio de una maniobra que podría tener un trágico final. De hecho, recientemente, uno de estos jóvenes sufrió un accidente cuando perdió el control y un bus que iba en sentido contrario le pasó por encima.
La víctima de este accidente, que se pudo evitar con un poco de responsabilidad y sentido común, terminó con una pierna rota.
“Se hacen en puntos ciegos donde ni siquiera nosotros los conductores los visualizamos”, recalca uno de los trabajadores de SITP. Otro denunció sobre estos jóvenes que se arriesgan amarrándose a buses que “porque le frené para que no se colgara me rompió el vidrio”.