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Hay desesperanza en Santander por dos violentas historias en las que menores de edad asesinaron a otros en medio de situaciones de intolerancia que pudieron haberse resuelto de maneras más racionales. En ambos crímenes hubo armas cortopunzantes de por medio.
En uno de los casos dos menores empezaron a pelear por el resultado de una partida de un videojuego en un establecimiento comercial. El propietario los retiró del lugar y la pelea continuó en la calle, donde uno de los adolescentes, de 13 años, fue herido de gravedad. Posteriormente, la víctima perdió la vida en el centro asistencial al que fue trasladada.
“Por un juego hay una riña, salen a la vía pública con arma cortopunzantes y uno de ellos lo agrede y le causa la muerte al otro. Viene ese deceso unas horas después en un centro hospitalario”, resumió el general Samuel Bernal, comandante de Policía de Bucaramanga.
El otro hecho de intolerancia ocurrió en la capital de Santander, donde una adolescente de 15 años asesinó a una vecina de 16 tras una riña por un noviazgo.
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La agresora, que le habría propinado una herida con cuchillo en el cuello a la otra joven, fue aprehendida. Los dos menores de edad señalados de los homicidios permanecen en un centro de reclusión de menores en Bucaramanga.
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