Kevin Samir Serrano Colmenares tiene 22 años, nació en Medellín, Antioquia, y lleva casi toda su vida enfrentando la nefropatía membranosa, una enfermedad crónica en el riñón por la que, según los especialistas, hay poco por hacer. Pese a esto, este pintor colombiano sueña con poder exponer sus obras de arte en Europa.
Hace 10 años, Kevin recibió un trasplante de riñón, pero su mal sigue ahí. “Dicha afectación, si no es tratada a tiempo, puede generar grandes complicaciones, entre ellas: trombosis venosas o alto riesgo de accidentes cerebrovasculares”, explica el médico general Juan Ignacio Torres.
“Me dijeron que no hay nada que hacer y pues eso fue como la cereza del pastel, fue lo que me dio una depresión muy fuerte hace poco”, reconoció este pintor colombiano.
Y en medio del tratamiento contra su mal descubrió su vocación artística: “Una doctora me dijo que le hiciera un dibujo a su hija, era creo que Luna, de una de una serie, y yo se la hice a lapicero. Ese día, pues mi mamá vio que yo tenía talento para dibujar y desde ese día me he comprado cuadernos, cositas así, poquito a poco”.
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En este mundo del arte encontró también una forma para lidiar con sus emociones, ya que “siempre que me siento mal, me siento solo, me siento triste, me pongo a dibujar y todos mis sentimientos los dejo en los dibujos”, cuenta.
Liliana Colmenares, madre de este pintor colombiano, afirma que no se va a quedar quieta y seguirá buscando una cura para su hijo: “Voy a buscar posibilidades, una esperanza donde sea, en el país que sea”.
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Entre tanto, este pintor colombiano ha conseguido vender muchas de sus obras y con eso ayuda a su mamá con los gastos del hogar. También quiere viajar a París y exponer los cuadros que ha creado en sus años de hospitalización, los que no cataloga como tiempo perdido, pues se ha formado como un gran artista en medio de la adversidad.
Historias inspiradoras como la de Kevin hay muchas. Una de ellas es la de Jono Lancaster, que fue abandonado por sus padres cuando nació en Inglaterra y todo por su aspecto físico. “Estaban aterrorizados por mi apariencia”, contó en la BBC.
Víctima del bullying, buscó a sus padres biológicos y les envió una carta. La respuesta fue dolorosa: “No deseamos ningún contacto. Se ignorarán futuros intentos”. Con el tiempo aprendió a amarse y con una fundación que creó ha ayudado a niños que, como él, han sufrido de acoso escolar.