Miguel Gómez, un joven de Manizales con discapacidad múltiple, motora, visual y un poco de cognitiva, se graduó de bachillerato gracias a su propio esfuerzo en la rehabilitación y al acompañamiento permanente de su cuidadora y enfermera.
“Un prematuro muy extremo, cuando nació sus órganos estaban muy inmaduros y hubo muchas lesiones a nivel de sus neuronas”, cuenta su madre, Doris Hincapié.
Desde niño, ha tenido procesos de rehabilitación articulados con inclusión educativa, salud y red familiar.
“Han hecho muy buen trabajo y pues quiero mostrarle a la gente de que todos los sueños sí se pueden cumplir”, asegura Miguel.
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Desde los 6 años, ha tenido como compañera y cuidadora a Luz Helena Villa, una enfermera que está con él 12 horas al día.
“Nunca soñé hacer dos bachilleratos y más terminarlos a la edad que tengo, conocer tantos niños”, comenta Luz Helena.
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En las aulas de clase durante 12 años, estuvo a la altura de sus compañeros y logró el título de bachiller académico, compartido con el grado de bachillerato honorífico que recibió su cuidadora Luz Helena.
“Porque es estar entre los gloriosos de personas con discapacidad, quería cumplir este sueño de graduarme de un bachillerato”, afirma Miguel.
Su mamá anota que “nadie pensaba que Miguel, con las limitaciones que tenía, iba a lograr a hacer un grado once”. El joven se graduó del colegio Filipense de Manizales.
“Adecuaciones en las instalaciones y también todo un ajuste curricular, los horarios también se tuvieron que flexibilizar”, indicó Aludes Lemos, rectora de la institución.
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Con unos de sus sueños cumplidos y su título de bachiller en la mano, el de Miguel Gómez es visto como un caso exitoso de inclusión educativa en Manizales. La próxima meta de este dedicado y perseverante joven es convertirse en comunicador social.