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Las fuertes lluvias que azotaron la isla en horas de la tarde de este jueves inundaron el hospital Clarence Lynd Newball de San Andrés. El desafortunado incidente se suma a la crisis que afronta el sistema de salud y al aumento de casos de coronavirus COVID-19 .
En la sala de vacunación, médicos y enfermeras intentaron salvar lo que más pudieron, pues el agua alcanzó las neveras de icopor donde tenían guardados los medicamentos y la jeringas. Muchos suministros se perdieron.
Además, las maquinas que son utilizadas para la rehabilitación de pacientes también se vieron afectadas.
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Otro de los lugares que perjudicado fue la sala de archivo, allí decenas de historias clínicas y documentos de pacientes quedaron totalmente dañados.
Las personas que registraban el momento manifestaron su preocupación por un posible corto circuito.
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Ante esta emergencia sanitaria, la Procuraduría General de la Nación se pronunció e hizo un llamado al gobierno nacional y al departamento para que adopten acciones urgentes.
“La Procuraduría ha venido insistiendo de tiempo atrás que es necesario ponerle atención a la situación de salud del departamento, esto no es nuevo”, señaló Gelman Rodríguez, procurador delegado para la Salud.
La región está en inminente riesgo por la crisis sanitaria que atraviesa por falta de inversión y por el crecimiento en contagios por COVID-19.
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