En el sur del Cauca se disparó la instalación de minas antipersonal . Las autoridades de Argelia le pidieron al Gobierno nacional un plan de desminado humanitario de manera urgente.
Cada paso que da un campesino, principalmente en el cañón del Micay en zona rural de Argelia, Cauca, se ha convertido en un riesgo inminente.
“Hemos perdido campesinos, han caído muertos en campos minados, han perdido parte de sus cuerpos, han salido heridos también miembros de la fuerza pública que se han visto heridos a causa de las minas antipersonales”, expresó Jhonnatan Patiño, alcalde de Argelia, Cauca.
En medio de las operaciones militares, las tropas han logrado desactivar este año más de 290 artefactos explosivos de fabricación artesanal, que habían sido instalados por grupos al margen de la ley que amenazaban a la población civil.
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El general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, señaló que “es importante precisar que, en lo que va corrido del año, se han neutralizado 295 artefactos explosivos. Hemos logrado neutralizar esta actividad y esta amenaza terrorista que persiste sobre el cañón del Micay”.
En medio de la alta presencia de disidencias de las FARC y el ELN, las autoridades tratan de garantizar la movilidad las comunidades.
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“Desafortunadamente es un desminado operacional que debemos de mantener de manera permanente para poderle garantizar la libre locomoción y el libre tránsito a la población”, destacó el general Federico Mejía.
“Llamamos a una estrategia grande para garantizar el desminado en todo nuestro territorio municipal”, aseguró el alcalde de Argelia.
Campesinos y líderes de Argelia esperan una respuesta oportuna por parte del Gobierno nacional y departamental sobre el desminado humanitario.
Este panorama también lo viven los habitantes de Alto Mira, la región con más minas antipersonal en Colombia.
El 20 de enero de 2023 fue viernes y Pablo Angulo Cortés había pasado todos los días de esa semana por el mismo camino para trabajar en un cultivo de cacao, en la vereda Pital, en Tumaco. Aunque pisaba el suelo del Alto Mira, la que puede ser la región más minada de Colombia, tenía la confianza de que ese camino, tan conocido por él, era seguro. Pero tal certeza se esfumó violentamente cuando escuchó un estruendo y sintió que su cuerpo era lanzado por el aire.
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“Me sube para arriba y cuando bajo ya quedo es como loco, y cuando vengo a darme cuenta estaba todo esto desbaratado. Esta pierna estaba partida”, cuenta. Pablo Angulo, un campesino de 63 años, que desde niño ha trabajado la tierra, quedó tirado en el suelo, abatido por el dolor. Y allí estuvo, pidiendo auxilio a gritos, durante más de una hora. Segundo Serafín Landázuri, el dueño del cultivo donde trabajaba Pablo, fue uno de los primero que llegó a ayudarlo.
“Cuando llegamos estaba aquí, del golpe salió y quedó bien patas arriba, quejándose, decía que no quería vivir más, que lo mataran. De ahí lo recogimos con miedo”, relata. Desde ese día, hace ya cuatro meses, ni don Segundo ni nadie se había atrevido a pisar el cultivo de cacao donde cayó Pablo. Esta vez lo hizo solo para acompañar al equipo de Noticias Caracol que llegó al lugar. La sospecha es que los bordes del camino que se recorrieron junto a él están minados.
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“Está abandonado, yo no había entrado a mi finca porque a uno le da miedo que haya más, se está perdiendo la cosecha”, dice.
Ese miedo que siente don Segundo cuando pisa su propia tierra es el mismo que se siente en gran parte de en el Alto Mira y Frontera, un territorio al sur de Tumaco, con 17.000 habitantes, que colinda con Ecuador y está lleno de cacao, palma, también de coca, y ahora, desde el último año, de minas antipersonal.