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La jornada de marchas del 28 de abril en el marco de un paro nacional comenzó con un ataque a la estatua del fundador de Cali, Sebastián de Belalcázar, que fue derribada .
El hecho fue cometido por indígenas de la comunidad misak. Cuando las autoridades se disponían a restablecerla, llegó otro grupo de nativos y la situación se salió de control.
Mientras tanto, en el sur de la capital del Valle del Cauca, encapuchados dañaron nueve buses del mío, de los cuales cuatro fueron quemados.
Además, 23 cámaras de fotomultas también han sido derribadas y los manifestantes bloquearon las principales vías, generando un caos en la movilidad.
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Minutos después otro grupo ingreso a la fuerza y saqueó un almacén de cadena ubicado en el barrio Calipso. Videos muestran a varias personas llevando televisores y otros elementos de valor.
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Ante la caótica situación, las autoridades decretaron medidas urgentes como el toque de queda a partir de la 1 p. m. de este miércoles y la salida del Ejército a las calles.
El alcalde de Cali había advertido de un posible aumento de contagios del COVID-19 como consecuencia de las marchas del paro nacional en medio del “incendio biológico” que actualmente atraviesa la ciudad y el país por cuenta de la pandemia.
A esta hora, las autoridades tratar de controlar los sectores donde se registraron alteraciones de orden público.
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