Iglesia católica exige liberación de sargento secuestrada y habla de la "dura situación" del país

En medio de los hechos de violencia que generan incertidumbre en Colombia, la Iglesia católica les envió un mensaje de unidad a los colombianos y a su vezexigió la pronta liberación de la sargento Karina Ramírez, secuestrada en Arauca junto a sus hijos.

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“Aprovecho en este momento para decir que, como es un compromiso nuestro, estamos haciendo un llamado a quienes tienen secuestrada a la sargento Karina Ramírez, ella tiene sus hijos, ella es mamá, ella es una mujer, una ciudadana colombiana, por favor, libérenla y más que por favor, les exigimos en nombre de Jesucristo, el señor y en nombre de los colombianos: libérenla”, manifestó monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal en diálogo con Noticias Caracol.

Asimismo, pidió a los actores criminales que “liberen también a todos los pueblos del Pacífico colombiano, del Catatumbo, Arauca, la Amazonía, que están secuestrados, que son secuestros comunitarios por parte de grupos armados al margen de la ley”.

Monseñor Rueda también se pronunció sobre el cese al fuego con el ELN, grupo señalado de ser el responsable del secuestro de la sargento.

“Creo que este es un momento de esperanza, pero que debemos vivirlo con responsabilidad y con seriedad todos, ahí debemos aportar en búsqueda de la paz todos. Si se logran dar esos signos responsables, esperanzadores, sinceros, veraces de paz, nosotros podemos estar acompañando, aplaudiendo y motivando, de lo contrario estaremos dispuestos para decir también no se está cumpliendo y para denunciarlo”, señaló.

Para el presidente de la Conferencia Episcopal “la situación del país es dura” y envió el siguiente mensaje a los colombianos.

“Nosotros no podemos tapar el sol con una mano y pretender decir que no hay situaciones difíciles cuando se nos está hablando de inseguridad en Bogotá, en las ciudades, en las zonas rurales. Tenemos un pecado estructural, tenemos una injusticia social que la llevamos arrastrando durante muchas décadas y ese el fruto de esa injusticia y de ese pecado estructural, la violencia que vivimos, pero aun en medio de eso Jesucristo, el señor, nos invita a sembrar semillas de vida, semillas de verdadero amor, que es capaz de contrarrestar la violencia y de trabajar por la paz”.

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Finalmente, dijo que “la paz y la reconciliación y el respeto a la vida, a la justicia, la verdad son un don de Dios y nosotros debemos trabajarlo como seres humanos, como ciudadanos, como colombianos”.