Hace una semana, a Pedro Ortega, de 47 años, nadie se le acercaba por su apariencia descuidada y de habitante de calle, pero hoy se roba todas las miradas gracias a una obra de arte que talló en el parque de las Madres, centro de Valledupar : una escultura de Jesucristo en un árbol.
"Dios lo puso en mi corazón, vine a ver el trabajo del señor y me llamó la atención”, aseguró Indira Cuan, una feligresa.
Pedro, escultor que ha vivido en el anonimato, explicó qué lo llevó a convertir un seco árbol de almendros de más de 30 años en una obra de arte religioso.
“Esto es mío, personal, con los dones que Dios me ha dado y no lo hice con fines de recaudar fondos ni que me colaboren, no hay tazas para que echen moneda. Esto es un don de Dios, por eso, me toca entregarle cuentas a él”, aseguró.
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Las personas que aprecian esta imagen de Cristo crucificado piden apoyo de las autoridades para artistas locales como este.
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“Cogió ese árbol que estaba muerto y lo ha revivido, le ha dado mucha vida y le va a seguir dando vida”, afirmó Chongo Maya, amigo de Pablo.
Ante la acogida de esta informal intervención a uno de los parques del centro histórico de Valledupar, la Administración municipal también se comprometió con su embellecimiento.
“Valledupar es tierra de folclor, de cultura, de alegría y es por eso que estos entornos se van a convertir en un tema cultural sumamente importante para la ciudad. Por eso, estaremos abrazando a los artistas y que esto se termine convirtiendo en un destino turístico”, dijo Mello Castro González, alcalde de Valledupar.
En vísperas de Semana Santa, ya el parque de las Madres de la capital del Cesar se proyecta como uno de los sitios más visitados de la temporada.
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