‘Hui del Catatumbo por la guerra y ahora me deportaron de Estados Unidos': el drama de colombiana
La joven mujer, quien fue deportada, dice que, en el Catatumbo, "la ley es la guerrilla”. Este es el drama de esta colombiana quien fue secuestrada en México.
Yenny* vio cuando mataron a su esposo en el Catatumbo y cómo los grupos armados prosiguieron con las amenazas contra su vida y la de sus hijos. Por esos graves hechos, decidió huir de ese lugar y emprender su búsqueda del ‘sueño americano’.
No obstante, ella fue una de las mujeres que fue deportada en los últimos días desde Texas, Estados Unidos, por el gobierno de Donald Trump.
“Me decían: te va a pasar lo mismo que a tu marido. Yo dije que la cosa era delicada y no quería que mataran a mis hijos. En el Catatumbo, la ley es la guerrilla”, comentó.
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Así, Yenny salió de Norte de Santander con sus hijos, con la mala fortuna de que fue deportada y hoy, en el aeropuerto El Dorado, en Bogotá, busca ayudas para no tener que volver a su tierra, que es un escenario de guerra entre el Eln y las disidencias de las Farc.
“Yo no me voy a quedar allá esperando el día cuando lleguen a matarme a mí o alguno de mis hijos”, lamentó.
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La crisis migratoria y las deportaciones masivas, especialmente durante la presidencia de Donald Trump, han dejado una marca profunda en la vida de miles de colombianos. -
Foto suministrada
‘Volvería a intentar llegar a Estados Unidos’
Es tal la desesperación de Yenny por lo que se vive en el Catatumbo que no duda en manifestar su deseo de volver a intentar a cruzar de manera ilegal la frontera entre México y Estados Unidos, para poder instalarse allí con su hijos.
“Esperar que todo se calme un poco e intentar volver a cruzar”, dijo. La travesía de Yenny fue atravesando el tapón del Darién, en la frontera de Colombia y Panamá, a quién le pagó para cruzar esa selva. Confesó que veía como a muchas personas les temblaban las piernas en ese recorrido y los niños sufrían por la exigencia de ese destino.
Ya en México, Yenny narró que se quedó trabajando para ganar unos pesos. El 30 de noviembre era su cita migratoria en la ciudad de Tijuana, pero en el trayecto a esa ciudad fue secuestrada por un grupo armado durante 10 días.
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Migrantes indocumentados en Estados Unidos -
Devlin Bishop / DVIDS / AFP
“Me bajaron de un carro para una revisión. Luego me pusieron un pasamontañas y me llevaron a un contenedor. Me cobraron 3.000 dólares para liberarme. Si no los pagaba me decían que me iban a explotar sexualmente”, denunció.
Una vez liberada pasó la frontera de manera ilegal y se entregó a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
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Esta colombiana es una de las personas deportadas en los últimos días por el gobierno Trump. Justamente, este miércoles llegó un tercer vuelo con 105 personas.