En las últimas horas se confirmó la muerte de Carlos García, un hombre que resultó gravemente herido tras ser lanzado desde un puente por delincuentes que trataron de robarle sus pertenencias. El hecho ocurrió el mes pasado en el barrio Villas de Alejandría, sur de Santa Marta.
Según informaron medios locales, García opuso resistencia para evitar ser robado. Sin embargo, la respuesta de los criminales fue lanzarlo del puente. Aunque el hombre fue remitido a un centro asistencial en Santa Marta, falleció un mes después producto de un paro cardiorrespiratorio, esto por las lesiones que sufrió tras la caída.
La tragedia generó todo tipo de comentarios en redes sociales. Habitantes de Santa Marta repudiaron el hecho y pidieron a las autoridades eficiencia para combatir la inseguridad en la capital de Magdalena.
"La verdad es que necesitamos mano dura con esta criminalidad que hay en Santa Marta", "Pobre señor. Que en paz descanse", "A estos bandidos se les debe poner la lupa. Debe haber cámaras de seguridad, ellos no van a parar de hacer esto y se convierten en un peligro para la sociedad" y "Por Dios, hasta donde llega la maldad. Capturen a esos bandidos pronto", fueron algunas opiniones.
Hasta el momento, se desconoce el paradero de los responsables de este grave hecho.
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En Bogotá, empleados robaron su lugar de trabajo
Lamentablemente, son constantes los robos que se registran en Colombia. Uno de los más recientes ocurrió en Bogotá. La Policía Metropolitana se llevó tremenda sorpresa al capturar a seis hombres que estaban hurtando una salsamentaria ubicada en el norte de la ciudad capital.
Los sujetos habían parqueado dos camiones en la calle 123 con autopista Norte. En ellos subieron todo lo que había en el interior del establecimiento comercial: mercancía, máquinas y dinero.
Pero la sorpresa fue mayor cuando, al verificar quiénes eran los delincuentes, descubrieron que todos eran los trabajadores del local, que no contentos con ganar un sueldo de forma legal decidieron atracar la salsamentaria.
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Los seis sujetos fueron llevados a la URI de Paloquemao para ser judicializados.