Un niño de Chiquinquirá, en Boyacá , realizó una rifa a través de redes sociales para comprar sus útiles escolares y los de sus hermanos, ante la dificultad de su familia para conseguirlos. El caso llamó la atención de la Policía, que acabó con la angustia de los niños.
Stiven Vargas madruga todos los días con la ilusión de conquistar sus sueños y poder ayudar a su mamá y sus dos hermanos menores. Tiene 15 años y ha conocido la adversidad. Aunque sin privilegios, se califica como un niño feliz, pero siempre con el corazón lleno de angustia al ver las condiciones económicas de su hogar.
"Yo decidí ayudarle con una rifa porque me cansé de ver que mi mamá era una mujer sola, una mujer guerrera, que ya hace de todo para sacar a sus hijos adelante", dice Stiven.
A punta de venta de empanadas, su mamá ha intentado darles todo, pero, simplemente, la plata no alcanza. Son tres hijos, todos estudiando, y los días no siempre son buenos en las ventas.
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“Quisiera apoyarlos en muchos sentidos, muchas cosas, uno como mamá siempre busca lo mejor para sus hijos. Pero, pues este año, desafortunadamente, la situación no ha sido la mejor", explica Marta Liliana Vargas, la madre de Stiven.
Stiven lucha por terminar su colegio y trabajar para ayudar en su hogar. Sin embargo, la tristeza de ver que inició su año escolar y que ni él ni sus hermanitos podían llevar los útiles, recurrió a las redes sociales para hacer una rifa y exponer las razones a través de un mensaje que arrugó el corazón de muchos.
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"Yo salí a vender el talonario de la rifa, pero la gente casi no lo compraba. Entonces de ahí nació la idea de publicarla en Facebook. Yo llené mi talonario, lo publiqué en Facebook, publiqué que necesitaba los útiles escolares para mis hermanos, para mí y pues ahí fue cuando me ayudaron los policías de acá y Noticias Caracol", indicó este adolescente.
El joven, estudiante de un colegio de Chiquinquirá, logró lo que nunca imaginó y su día se llenó de la alegría que le ha sido esquiva. Los útiles escolares llegaron gracias a la Policía de Boyacá.
"Los jóvenes cuando entran al colegio, entran aburridos, entran tristes, no saben la sorpresa que les teníamos preparada el día de hoy acá en el plantel educativo. Apenas ven que los vamos esperando, los aplaudimos al ingreso y que les tenemos los maletines, pues la cara totalmente les cambió", dice el coronel Juan Felipe Montoya, subcomandante de la Policía de Boyacá.
Las páginas de esta etapa de la vida de Stiven y sus hermanos hoy se escribieron en otro color, ese mismo que dejó una sonrisa cargada de emociones, no solo en él sino en su familia.
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Los fondos de la rifa irán ahora a ayudar un poco más a su mamá y por supuesto para pagar los 100 mil pesos del premio que se compensó con un regalo, que aunque sea por un instante lo dejará vivir con la tranquilidad que debe tener un niño de su edad.