El volcán Nevado del Ruiz
es uno de los más activos y está ubicado en la cordillera central de los Andes colombianos, en el departamento de Tolima. Con una altura de 5.364 metros sobre el nivel del mar, también es uno de los más altos de Colombia y de América del Sur.
A lo largo de la historia, el volcán nevado del Ruiz ha sido responsable de algunas de las erupciones más mortales en la historia de Colombia. La más notable de estas erupciones ocurrió el 13 de noviembre de 1985, cuando una gran cantidad de lodo y rocas se deslizaron por la ladera del volcán, sepultando la ciudad de Armero y causando la muerte de más de 25.000 personas.
Desde entonces, el volcán nevado del Ruiz ha seguido siendo una fuente de preocupación para los geólogos y los habitantes de la región. Aunque no ha habido una erupción importante en las últimas décadas, el volcán sigue siendo considerado un peligro potencial debido a su actividad sísmica constante y la presencia de un lago de cráter en la cima del volcán, que puede ser un precursor de una erupción.
Si bien es difícil predecir con certeza las áreas que podrían verse afectadas por una erupción del volcán nevado del Ruiz, se sabe que las zonas más cercanas al volcán, como las ciudades de Manizales y Pereira, podrían ser las más vulnerables. Además, una erupción significativa podría tener un impacto en la agricultura y la infraestructura de la región, así como en los ríos que fluyen desde la montaña.
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Para monitorear la actividad del volcán, se han instalado varios sistemas de vigilancia, incluidos sismómetros y cámaras de monitoreo. Además, las autoridades colombianas han establecido un plan de evacuación para las áreas cercanas al volcán en caso de una erupción.
Volcán nevado del Ruiz hoy
El volcán nevado del Ruiz, durante la última semana, ha presentado reiterativamente incrementos en la sismicidad, el movimiento de fluidos, el fracturamiento de rocas, las emisiones de gases a la atmósfera y la emisión de la columna de ceniza que ha alcanzado alturas de hasta 2.700 metros.
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Lina Marcela Castaño, coordinadora del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, explicó que esta situación “nos pone a nosotros en una posición de mayor atención de todos los parámetros que monitoreamos continuamente del volcán. Evaluamos continuamente qué es lo que está sucediendo para poder determinar que puede pasar en las próximas horas”.