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Hecho de intolerancia dejó a un profesor sin su más valioso sentido, la visión

Sus ojos habían leído más de 4 mil libros que le sirvieron para transmitirle conocimiento a jóvenes en instituciones educativas de Medellín.

Entre nostalgias y acompañado de la suave melodía de la música clásica que sale de su pequeño radio con el que pasa sus mañanas de extensa lectura, el profesor Hernán Darío Castrillón trae a su memoria al escritor Edgar Allan Poe y asemeja sus obras de terror con la mañana del pasado 10 de julio, cuando un vecino tocó a su puerta y le dio varios golpes en su cabeza que lo dejaron ciego.

¿La razón? Hernán, la noche anterior, había grabado un video en el que denunciaba una ruidosa fiesta, donde el alto nivel de música que estaban poniendo molestaba a gran parte del barrio, tanto que ni la Policía pudo hacer nada para apagarla. A las 7 de la mañana del otro día llegó el reclamo de sus vecinos por el video.

“Él, con la señora, y la cuñada me agredieron. Yo traté de levantar el pie y perdí la chancla. En ese momento, sentí un golpe muy fuerte en los ojos y desde el primer momento me dijeron que me iban a matar”, declaró Hernán.

Este hecho de intolerancia sin piedad le quitó a este maestro su más valioso sentido, la visión, con la que pudo apasionarse por la lectura. Sus ojos por años se deleitaron con más de 4 mil libros; el último, la novela de Thomás Mann ‘La Montaña Mágica’, de la cual 160 páginas quedaron sin leer.

Son interrupciones fantasmagóricas que ocurren en la vida del ser humano. El ser humano está lleno de baches y de dificultades que muchas se le van entre las manos”, anotó el profesor.

Las páginas de sus libros las acaricia con sus dedos guardando la confianza de poder volverlas a ver, y aunque médicamente las esperanzas son pocas, a lo largo de sus 67 años la literatura le ha enseñado que la ciencia lo puede todo.

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“Uno se aferra a cualquier esperanza de posibilidades de recuperación. Bajo la magnitud de la situación, haría un llamado a las organizaciones científicas encargadas de este campo que de pronto me brindaran una posibilidad”, expresó Hernán.

Han pasado 35 días en los que se sienta a disfrutar un poco más del olor del café que su mamá le prepara, la voz de su familia ahora es su salvavidas y la música clásica con la que acompaña sus oraciones a Santa Lucía, la que según él, es la abogada de sus ojos y la que espera que le entregue de regreso un rayo de luz que le permita llegar hasta la última página de ‘La Montaña Mágica’.

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