Llegaron a Bogotá los soldados del Comando Conjunto de Operaciones Especiales que participaron en el rescate de los hermanitos en la selva del Yarí.
Los uniformados, durante más de un mes, recorrieron más de 2.600 kilómetros para ejecutar la Operación Esperanza.
Ellos, que serán condecorados por su trabajo, valentía y persistencia, hablaron sobre cuáles fueron los mayores retos al interior de la selva, misma que trasegaron durante unos 40 días.
“Me siento orgulloso, satisfecho, feliz. Primero que todo por haber encontrado a estos niños, se dio ese milagro, ese objetivo que era devolverles la vida a estos niños”, manifestó uno de los comandos que participó en una de las operaciones más exitosas alrededor del mundo.
Sin embargo, tuvieron momentos de frustración en los que solo podían pensar cómo pasaban tantos días sin tener éxito.
“Siempre tuvimos esperanza. La mayoría de los que estábamos adentro éramos padres de familia, tenemos sobrinos, familiares menores de edad y pensábamos en eso, en cómo un familiar de nosotros podría estar en la selva sin comida o techo”, recalcó el uniformado.
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Pero llegó el 9 de junio de 2023, una fecha que ninguno de los que participó en la Operación Esperanza olvidará. Mientras un comando se preparaba para dar el reporte por radio de unos indígenas que debían ser extraídos por sus malas condiciones de salud, escuchó el reporte de victoria.
“Estuve pendiente de la radio. Escuché ‘los encontraron, los encontraron’. Todo el mundo estaba feliz, contento, le daban gracias a Dios. Es un milagro que hayan durado tanto tiempo. Cuando la unidad reportó que tenía a los menores, dijeron que los estaban trayendo y atendiendo con algo de suero oral por su estado. Fue una felicidad indescriptible”, dijo.
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Pero no todo fue felicidad: uno de los comandos debió recibir atención médica por complicaciones de su salud.
“Tenía una especie de alergia, yo le aplicaba dexametasona, el medicamento idóneo para esa clase de alergias que tenía”, aseguró otro uniformado.
Pese a que la Operación Esperanza fue todo un éxito, algunos comandos siguen en la selva del Yarí tras la pista de Wilson, el perro del Ejército Nacional que fue pieza clave para encontrar a los hermanitos.