La guerra que libró Pablo Escobar contra el Estado de Colombia para oponerse a la extradición puso en evidencia a todos los narcos del país. Los jefes del cartel de Cali terminaron enfrentándose al capo de Medellín. Incluso, hay quienes sostienen que desde el Valle del Cauca entregaron información para darlo de baja.
El fallecido Gilberto Rodríguez Orejuela era conocido en el mundo criminal como ‘El ajedrecista’, un alias que se ganó por su habilidad de evitar a las autoridades y su sagacidad en los negocios ilícitos.
Precisamente, Gilberto Rodríguez Orejuela, en plena guerra con el cartel de Medellín lideró un grupo que se denominó Los Pepes (perseguidos por Pablo Escobar). Esa organización enfrentó con todo su poder militar al narco nacido en Rionegro.
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La turbulenta guerra entre ambos carteles llega a su punto más álgido cuando Helmer Herrera, conocido bajo el alias de ‘Pacho Herrera’ en el cartel de Cali, se niega a la petición de Escobar, que había exigido a los capos del país un aporte para financiar su batalla contra la extradición.
El general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, en aquella época era el comandante del Bloque de Búsqueda. Él recuerda cómo se vivió en el país la guerra entre ambos carteles.
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“Surge por los mercados de la droga hacia Centroamérica, surge también por lo que sabemos, por la inteligencia que teníamos del cartel de Cali y Medellín en esa época, por diferencias de dineros producto del envío de muchas toneladas de cocaína”, manifestó.
En medio del enfrentamiento entre ambas mafias, en enero de 1988, el cartel de Cali realiza uno de los primeros atentados en Medellín, cuando activaron un vehículo con explosivos en el Edificio Mónaco, que era propiedad de Pablo Escobar.
Pero la mafia de Medellín no se iba a quedar de brazos cruzados, según relata el general Vargas: “La gente del cartel de Cali tenía esos métodos delictivos diferentes a la gente de Medellín. Eran más relacionistas, recibían a los enlaces de Centroamérica de forma diferente, utilizando la violencia de manera diferente, pero también siendo muy violentos”.
En medio de la guerra, un bloque de búsqueda especial encabezado por el general Rosso José Serrano y el general Óscar Naranjo surgió. Ellos perfilaron a los Rodríguez Orejuela, a Escobar y a sus lugartenientes.
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“Con ellos dos, se organizan varios niveles de búsqueda, ubicación y ataque hacia las organizaciones”, complementa el general Vargas.
Una vez inician las labores de inteligencia y búsqueda, las autoridades empezaron a dar duros golpes a esas estructuras, que segaron la vida de cientos de civiles.
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“Teníamos poligrafía, pruebas antidrogas, pruebas de confiabilidad, entrevistas”, concluyó el general Vargas.
Por otro lado, Alonso Salazar, sociólogo y periodista, explicó que tras la guerra entre ambos carteles sí hubo un perdedor: “Fue Pablo Escobar. Gracias a la inteligencia del cartel de Cali se dieron golpes muy importantes al cartel de Medellín, como la muerte de Rodríguez Gacha”.
Tras la caída de Pablo Escobar, el siguiente objetivo de las autoridades colombianas fue la estructura de los Rodríguez Orejuela. Las fuerzas estadounidenses fueron claves para capturarlos.
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