Un guardián del Inpec fue víctima de un ataque sicarial en el que pistoleros usaron arma con silenciador, pero del que salió vivo de milagro. El intento de asesinato ocurrió en el barrio Villa Alsacia de la localidad de Kennedy
, sur de Bogotá.
Cuando el guardián del Inpec estacionó su vehículo, hacia las 7 de la noche del martes 2 de mayo, aparecieron los malandros y empezaron a dispararle sin mediar palabra. Herido, logró salir por la puerta del copiloto y refugiarse en una peluquería.
Pero evidentemente la intención de los sujetos era acabar con la vida del funcionario, por lo que también atacaron el establecimiento, dejando vidrios rotos.
Tras la huida de los sicarios, la víctima fue trasladada a un centro asistencial en donde se recupera satisfactoriamente. Entre tanto, las autoridades investigando quién o quiénes están detrás de este atentado sicarial contra el guardián del Inpec que trabaja en la cárcel La Picota.
En libertad, sacerdotes implicados en caso de policía herido en Bogotá
En otras noticias de la capital, por un error de procedimiento de la Policía quedaron en libertad dos sacerdotes que, al parecer, hirieron a un uniformado con arma de fuego en la localidad de San Cristóbal, sur de Bogotá. Pese a lo anterior, los religiosos continuarán vinculados a la investigación.
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Los curas Frank Jordano Castro y Miguel Ángel González están envueltos en una investigación luego de que el pasado fin de semana, al parecer, le dispararan a un patrullero de la Policía que hoy se debate entre la vida y la muerte. Así lo relató uno de los uniformados que atendió un llamado de la Capilla San Camilo, ubicada en el barrio Juan Rey, en la localidad de San Cristóbal, sur de Bogotá.
“Al ingresar, dice el patrullero Hernández, observa que los sacerdotes estaban departiendo unas cervezas y, efectivamente, sobre la mesa tenían dos armas de fuego tipo revolver, donde los sacerdotes o estas personas le manifiestan que tenían esas armas y que deseaban entregarlas”, comentó Hernando Rozo Zamudio, fiscal del caso.
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Sin embargo, según el patrullero, en medio de la conversación uno de los sacerdotes manipuló el arma de fuego y se le disparó, hiriendo en el pecho al uniformado Jesús Daniel Cortés, de 25 años. Por ello, los sacerdotes fueron capturados, pero por un error en el procedimiento quedaron en libertad, pues la detención se hizo en la casa cural y ellos, los uniformados, solo tenían permiso para ingresar a la iglesia.
“El testigo de los hechos, José Gregorio Hernández, indicó que había sido en la iglesia, no hace esa diferenciación, como sí concretamente lo hace el agente captor (que) señala que fue en el sitio de residencia o en la casa o en la vivienda de estos sacerdotes”, indicó el juez 04 de garantías.