Una grave situación ambiental se registra en Tumaco, Nariño, por cuenta de un robo de crudo atribuido al Estado Mayor de las disidencias de las FARC y a la Segunda Marquetalia.
Parecieran restos de un incendio forestal, pero en realidad son capas y capas de crudo derramadas por las selvas de la costa Pacífica nariñense. Uniformados de la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules encontraron 52 piscinas artesanales y clandestinas llenas de petróleo robado al oleoducto Trasandino.
“Con una capacidad de hasta 20.000 galones en un permanente proceso de combustión, creando un daño irreversible para las fuentes de agua de esta región”, aseguró el general Carlos Alberto Padilla, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules.
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Este crudo robado iba a ser destilado para después producir por lo menos cinco toneladas decocaína pertenecientes a las disidencias de las FARC comandadas por ‘Iván Mordisco’ y a la Segunda Marquetalia.
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Militares de la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules destruyeron precisamente esas refinerías clandestinas, pero el daño ambiental es desproporcionado: unas 200 hectáreas resultaron afectadas y miles de kilómetros de ríos acabaron contaminados.
Ese es el costoso precio que pagan los ecosistemas por cuenta de grupos armados que destilan el crudo para el procesamiento de la hoja de coca en sus laboratorios clandestinos.
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“Por un valor superior de los 3.500 millones de pesos. Este dinero sería utilizado para la compra de armamento y explosivos por parte de estas estructuras para continuar su accionar delictivo”, anotó el general Padilla.
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El oleoducto Trasandino es uno de los activos estratégicos más importantes de la nación. Transporta petróleo desde Putumayo hasta Nariño y todo este tramo es aprovechado por narcotraficantes para el robo de crudo.
“Instalan válvulas ilícitas, usando mangueras de alta presión para llevar este crudo hasta diferentes sectores que ellos llaman o denominan refinerías artesanales”, explicó el capitán John Jairo Cárdenas, comandante del Grupo de Operaciones Especiales de Hidrocarburos.
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Según las Fuerzas Militares, los terroristas ambientales responsables de esta emergencia son alias ‘Fabián’ o ‘el Gringo’, cabecilla de la estructura Oliver Sinisterra de la Segunda Marquetalia, y alias ‘Óscar’ o ‘Barreto’, cabecilla de la estructura Urías Rondón del Comando Coordinador de Occidente, que pertenece al Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC.
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