Desde hace ocho días, los resguardos indígenas de Unión Chocó, San Cristóbal, Puado, Matare, Lerma y Terdó del municipio de Istmina , en Chocó, sufren la crueldad de la guerra.
Los enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo, el confinamiento, el desabastecimiento de alimentos y las enfermedades están a la orden del día.
“Las comunidades indígenas han estado moviéndose, nosotros tememos que estas comunidades, a falta de una atención oportuna del Gobierno, salgan a desplazarse a las cabeceras municipales que sería todavía peor”, expresó el líder indígena woundeko Lino Mémbora.
La misma preocupación la tiene la Iglesia y el alcalde de Istmina, quienes lanzan un SOS al Gobierno nacional.
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“Ayúdenos, por favor, para que nosotros, unidos a las administraciones locales, podamos tenderle una mano urgente porque si no se nos vienen verdaderos genocidios”, expresó monseñor Jesús Álvarez, obispo de Istmina.
“Que atendamos en territorio a nuestra población y evitemos un desplazamiento masivo”, dijo el alcalde de Istmina, Hever Córdoba.
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Es que la crisis humanitaria que viven las comunidades indígenas de la zona rural de Istmina no es diferente a las de los desplazados en el Medio San Juan desde agosto.
“La Unidad de Víctimas no ha sido eficiente en el componente de retorno, reubicación y demás y siempre terminan retornando las comunidades sin ninguna garantía”, agregó el líder indígena woundeko Lino Mémbora.
Noticias Caracol pudo establecer que la Fuerza de Tarea Titán, en apoyo con las Fuerza Naval del Pacífico, llegaron en la tarde de este lunes a la comunidad de Potedó y Puerto Olave para brindar seguridad a las familias wounaan.