El tenis de mesa se convirtió en el motor de vida para un antioqueño que hace 20 años perdió las manos en un accidente con explosivos. Gracias a una prótesis fabricada en 3D, hoy es un campeón que demuestra que las barreras solo están en la mente.
Para Rigoberto Ortiz, el accidente que tuvo hace 20 años, en ves de limitarlo, lo motivó a seguir adelante y a trabajar más duro, de la mano de uno de sus amores: el deporte.
Tras varios años de rehabilitación, Rigoberto encontró en una fundación la oportunidad de transformar su vida y cumplir uno de sus sueños, el cual era convertirse en campeón.
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“Yo los contacté para hablarles de mi necesidad. Yo les dije que en ese momento estaba practicando tenis de mesa, pero yo me amarro la raqueta con un caucho”, narró el deportista.
Gracias a una prótesis fabricada en 3D, sumado a su dedicación, Rigoberto logró superar las limitaciones físicas para convertirse en un destacado jugador.
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“Yo iba para un viaje en Alemania y con esa raqueta tenía mucha más movilidad porque yo no podía golpear. Cada vez que yo golpeaba, la raqueta salía volando”, manifestó Rigoberto.
Esteban Rojas, director de la fundación Humanos 3D, explicó que a Rigoberto “se le adaptó un dispositivo con lo que nosotros como ingenieros sabíamos hacer y dependía de él hacer el siguiente paso y con su potencial logró pasar a un torneo internacional, donde quedó campeón”.
Gracias a la fundación Humanos 3D y a la inversión social, Rigoberto no solo encontró una herramienta funcional sino también la motivación para alcanzar nuevas metas. Hoy no falta a sus entrenamientos y está enfocado en perfeccionar su técnica.
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Según Rigoberto su prótesis fue la sensación en el torneo que participó: “Nadie conocía que era una prótesis para tenis de mesa que la diseñaron en Humanos 3D. Desde ahí, cambió toda la forma del juego”.
Esteban Rojas agregó que “entendemos también el impacto emocional que genera esta tecnología, pasando por un tema de autoestima y de independencia”.
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Para el año 2025, Rigoberto buscará representar al departamento de Antioquia en la Liga Antioqueña de Tenis de Mesa, demostrando que no hay límites cuando se juega con pasión y corazón.