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La Policía Metropolitana de Cali informó que 30 personas señaladas por tráfico de estupefacientes fueron capturadas durante 26 diligencias de allanamiento realizadas en la Comuna 6, ubicada en el nororiente de la capital del Valle del Cauca.
Los detenidos hacían parte, según las autoridades, de dos organizaciones delincuenciales denominadas Pasarela y Callejón, “estructuras con impacto en los barrios Los Alcázares y Floralia”.
“Se especializaban en la distribución de dosis de estupefacientes en la modalidad mano a mano, en parques, escenarios recreodeportivos y entornos escolares, donde las transacciones de compra y venta de sustancias se realizaban en presencia de menores de edad y ciudadanos que desarrollaban actividades deportivas”, aseguró la Policía.
Algunos de los sitios donde se distribuían los estupefacientes están alrededor de 5 instituciones educativas que agrupan a cerca de “1.200 niños, niñas y adolescentes que se hacían vulnerables ante una posible inducción al consumo”.
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Otro punto de comercialización tenía lugar en un callejón que es paso obligado para el ingreso a los barrios Los Alcázares y San Luis.
“Aspecto que, dado el alto flujo de personas, facilitaba la distribución de las sustancias. De igual forma, las entradas por estos sitios se encontraban cubiertas por algunos delincuentes que en su labor de campaneros alertaban la presencia de autoridades o personas sospechosas”, dijo la institución.
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Las autoridades también aseguraron que familiares de los detenidos que residen en dichos sectores los apoyaban y realizaban asonadas ante las intervenciones policiales. Además, los capturados alternaban la venta de drogas con sus otras labores.
“Adelantaban la labor de distribución de estupefacientes como una actividad paralela a trabajos informales que desarrollaban como vigilantes, ayudantes de construcción y conductores de vehículos de servicio público”, afirmó la Policía.
Incluso, señaló que hasta “un profesor de dibujo técnico que actualmente ejerce su labor”, conocido como alias ‘el Profe’, estaba involucrado y que, por esta razón, el microtráfico se enmarcaba por turnos en las zonas donde trabajaban los detenidos.
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Al mes, se vendían más de 96.000 dosis, que generaban ingresos cercanos a los 180 millones de pesos.
“Una de las estructuras se abastecía desde otro sector. El conductor de un vehículo de servicio público transportaba durante 2 días a la semana las sustancias estupefacientes a un centro de acopio para distribuir con mayor frecuencia durante los fines de semana”, agregó.
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Los sujetos también acompañaban a sus clientes a que consumieran las sustancias como estrategia para verificar que no eran agentes encubiertos. Del mismo modo, usaban fachadas y techos de algunos inmuebles para ocultar los estupefacientes, además de que recurrían a lenguaje no verbal para comunicarse.
“Los residentes del sector ubicaban bombillas que iluminaran las calles, sin embargo, los delincuentes, para favorecer las actividades, las averiaban constantemente”, anotó la Policía.
Como parte de la actividad criminal de las bandas Pasarela y Callejón, según las autoridades, se registró un homicidio y varios casos de lesiones personales.
Las 30 capturas se realizaron en un proceso por tráfico de estupefacientes , homicidio, concierto para delinquir y uso de menores para la comisión de delitos.
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“Dentro del historial delictivo, algunos de los capturados suman 52 procesos judiciales por los delitos de tráfico de estupefacientes, hurto y porte ilegal de armas”, dijo la Policía, al agregar que también presentan “varios comparendos por comportamientos contrarios a la convivencia”.
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