Un guayacán azul sembrado en el Museo Casa de la Memoria de Medellín por parte del ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, se convirtió en el símbolo de perdón público del Estado a 35 personas que sufrieron ejecuciones extrajudiciales, o también denominados como falsos positivos, en Antioquia, entre finales de la década de los 90 e inicios del 2000.
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En un acto de más de tres horas, el Estado reconoció y catalogó como vergonzosos estos hechos.
“Esto de hoy tiene esa característica especial que quiero destacar y que también muchos de los familiares lo expresaron ahora: poder decir que cada uno de los familiares de las personas que fueron injustamente asesinadas, cada uno de ellos, merece también nuestra disculpa”, manifestó el ministro Velásquez.
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María Consuelo García, madre de Darwin Sánchez, perdió a su hijo luego de ser retenido por paramilitares, quienes lo entregaron al Ejército en 1998.
Hoy el perdón lo toman como un aire fresco al alma. “Obviamente hoy es un día muy emblemático para nosotros porque por fin se está cumpliendo algo que debió haber sido desde un comienzo: limpiar la imagen de todas nuestras víctimas”, dijo María Consuelo.
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Familiares de víctimas de falsos positivos piden reparaciones económicas
Defensores de víctimas aseguran que estos actos deben estar acompañados de reparaciones económicas.
“No han sido reparadas en debida forma. Algunos desde hace cuatro o cinco años están a la espera de que el Estado cumpla con la obligación de reparar a las familias en debida forma. Por lo tanto, estos actos, sin esos actos de reparación reales y efectivos, adolecen y quedan incompletos y revictimizan de cierta manera a las víctimas”, puntualizó Javier Villegas Posada, abogado de víctimas.
Los casos de ejecuciones extrajudiciales en Antioquia se cometieron principalmente en Rionegro, Caldas, Santa Fe de Antioquia, La Ceja, Remedios, Briceño, Cáceres, Dabeiba, Carepa y Yarumal.
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