Se conocieron nuevas pistas en la investigación por la muerte del sacerdoteJavier Eduardo González en un bar de Medellín. Autoridades siguen el rastro de la persona con la que fue visto en el establecimiento comercial y que abandonó el lugar media hora después.
De acuerdo con allegados al padre, él había salido del seminario y luego fue ver un partido el pasado viernes, pero el propietario del bar donde murió Javier Eduardo González le dijo a la Policía que el sacerdote llegó al lugar a eso de la una de la mañana del pasado sábado 4 de febrero, así lo informó el diario El Tiempo.
El padre estaba acompañado de otra persona como se ha conocido, un hombre que media hora después se retiró del bar llevándose consigo las pertenencias del sacerdote como su celular, reloj y billetera.
“Dentro de las primeras evidencias que tenemos, sí, fue objeto de un hurto y la causa de la muerte aún no ha sido establecido”, dijo a Blu radio el coronel José Miranda, subcomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
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Aún no se conocen los resultados de toxicología practicados por Medicina Legal que buscan establecer si al sacerdote le habrían suministrado alguna sustancia como escopolamina.
Según el coronel, la muerte del religioso habría ocurrido entre la 1:30 y 2:00 de la mañana, pero solo fue hasta el cierre del establecimiento que los trabajadores se percataron de lo ocurrido cuando llamaron a la Policía, que verificó que el padre no tenía signos vitales.
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¿Quién estaba con Javier Eduardo González?
Lo que tratan de establecer los investigadores es el paradero de la persona con la que el sacerdote se encontró en ese bar de la carrera 70 en Laureles.
Investigadores analizan más de 10 horas de grabación de cámaras de seguridad siguiendo el rastro del hombre antes y después de los hechos.
De acuerdo con El Tiempo, las autoridades “ya tienen varias huellas dactilares que están en cotejo para poder encontrar la plena identificación”.
Asimismo, han entrevistado a amigos y familiares de Javier Eduardo González quienes han dado pistas sobre el acompañante del sacerdote.
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El padre Javier Eduardo González fue sepultado el pasado lunes luego de una eucaristía en la iglesia Jesús de la Buena Esperanza del barrio Belén Rosales, donde él oficiaba los domingos.
Aunque era oriundo de Planeta Rica, Córdoba, vivía hace más de 10 años en Medellín.