Carlos Vargas, que atiende en Leticia, asegura que es difícil luchar contra la barrera cultural. En el departamento, con 26 muertos y 718 casos de coronavirus, no hay UCI.
La real preocupación para las autoridades sanitarias en el Amazonas es que “empiecen a morir personas por enfermedades distintas al coronavirus”, pues sus entidades de salud no tienen capacidad para atender pacientes crónicos con COVID-19, dijo el médico.
Señaló que una de las principales razones por las que la pandemia se ha propagado en dos semanas en la zona es “la línea imaginaria de frontera” con Brasil.
“Los primeros pacientes fueron de tres colombianos residentes en Tabatinga”, precisó Vargas, al hablar de la situación en Leticia, donde aseguró que los controles fronterizos, al comienzo de la cuarentena, fueron laxos.
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Incluso “hay casos donde la entrada de la casa queda en Leticia y el patio en Tabatinga”, recalcó al referirse al porqué controlar el paso fronterizo entre Colombia y Brasil se hace más difícil en la región.
“Luchar contra la barrera cultural de la gente no es fácil”, insistió.
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El galeno remarcó que la preocupación actual para los dos hospitales de Leticia – la clínica donde él trabaja y el San Rafael, que es del Estado- “es que lleguemos a un colapso por el número de pacientes” al no contar con los equipos para el coronavirus.
En la ciudad hay 167 camas, ni una es de cuidados intensivos y solo 17 son de cuidados intermedios.
Según Vargas, el nivel de atención en Leticia es de nivel 2 y para cuidados intensivos se remite a una ciudad más grande, porque habilitar ese servicio se volvería “insostenible en el tiempo”.
Añadió que es muy probable que los casos de coronavirus en la región sean más, pero muchos han tenido síntomas leves y por eso no han solicitado pruebas.
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Sobre la expansión del COVID-19 en la cárcel de Leticia, dijo que “era de esperarse”.