Durante dos años, la Policía de Carabineros siguió una red criminal señalada de deforestar 200 hectáreas de bosque en Cundinamarca para traficar madera. Entre los capturados hay funcionarios públicos.
Los agentes le seguían la pista a cargamentos que sabían que eran ilegales, pero en cada intervención se llevaban una sorpresa, y era que "al verificar esa madera o los puntos donde tenían almacenada la madera, nos dábamos cuenta de que tenían el soporte legal", reveló un investigador.
La banda contó "con la colaboración de funcionarios públicos adscritos al Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y Corporación Autónoma Regional, quienes a cambio de dádivas prestaban sus servicios a la organización otorgando registros o guías que amparaban o revestían de legalidad el accionar criminal", indicó el coronel William Castaño, director de la Policía de Carabineros.
Tras infiltrar la organización señala de deforestar 200 hectáreas de bosque en Cundinamarca, los agentes descubrieron que "contrataban a campesinos o personas de los municipios donde llegaban para hacer la deforestación. Tenían sus propios vehículos acondicionados para transportar la madera y también a los municipios que llegaban, para la gran cantidad de madera que tenían para transportar, contrataban terceras personas", precisó el investigador.
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La madera de pino, roble y cedro, ya blanqueada, era comercializada y transformada en muebles, dejando ganancias "por más de $15.000 millones anuales producto de esta actividad ilícita", dijo el coronel Castaño.
Los delincuentes son señalados de deforestar 200 hectáreas de bosque en Cundinamarca, es decir, unas 250 canchas de fútbol aniquiladas.
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Fueron 12 personas las capturadas por los delitos de concierto para delinquir, aprovechamiento ilícito de recursos, deforestación, daño en recursos naturales y cohecho impropio.
Ninguno aceptó cargos y este martes 8 de noviembre se llevará la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento.