Norberto Bello tiene 93 años. Es oriundo de Santa Cosita, un pueblo de Bolívar . Su familia es tan grande como el amor que cada uno le profesa.
Candelaria, una de sus hijas, batalla como los demás para que su padre retorne a casa sano y salvo: “la primera noche mi papá resistió y amaneció luchando a pesar de que el médico le dijo que no iba a poder. La siguiente noche, igual”.
Y así han sido cerca de 20 días desde que Norberto fue atacado por el COVID-19 . En una cama de la clínica de Asocabildos de Maicao peleaba por su vida, esperando una cama UCI.
(Vea aquí: “Yo sé que vas a regresar sanito”: desgarradoras videollamadas de familiares a pacientes en UCI )
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“Desde ese momento nosotros, todos sus hijos, hemos estado luchando, tocando puertas, tocando corazones, pidiendo esa cama en cualquier lugar del país que se consiguiera”, contó Candelaria.
Esa UCI llegó en las últimas horas desde Santa Marta . Los médicos y enfermeras lo prepararon para su viaje y afuera en la clínica su familia le dio el ánimo a ese hombre que toda la vida ha estado con ellos.
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“Fuerza, papi, fuerza que usted puede. Luche papi por su vida, luche por su vida”, le gritaban mientras era introducido a una ambulancia.
“Mi papá esperó esta oportunidad y si Dios lo sostuvo ahí es porque va a sobrevivir, porque va a salir adelante”, dijo su hija.
Hoy, otro grupo de galenos del hospital Julio Méndez Barreneche de Santa Marta atiende a Norberto.
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Mientras tanto, su familia espera que Norberto vuelva pronto a casa y le dejan este mensaje: “vamos, mi roble, una milla más”.