En total fueron 37 toneladas de armamento que utilizó como materia prima para construir un símbolo de la violencia y el futuro de paz en el país.
“Probarles a los colombianos, primero, que las FARC entregaron todo su armamento y, segundo, que los colombianos no somos necesariamente bárbaros y podemos resolver nuestros problemas a través del diálogo”, explica la artista colombiana.
Y es que estas armas estuvieron, durante muchos años, cargadas con el dolor propio de la guerra. Ahora buscan ser un retrato de los testimonios de las víctimas de la violencia en el país.
"Yo quería que fuera completamente opuesto al monumento, eso es un contra-monumento, es decir, esto es algo sobre lo cual nosotros caminamos, es horizontal, lo cual permite que todos estemos aquí en igualdad de condiciones", dice Doris Salcedo.
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Un grupo de mujeres, víctimas de violencia sexual, tallaron a martillazos cada cicatriz visible en el suelo del lugar.
"Martillaron las armas para con ello marcar el fin de manera simbólica, la relación de poder que tenían las armas", añade la artista.
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Este lunes será la inauguración de su obra denominada ‘Fragmentos’. A partir del martes estará disponible para todo el público en el centro de Bogotá, cerca del Archivo General de la Nación.