La Fiscalía General de la Nación ya radicó ante jueces de Putumayo no solo la solicitud de audiencia de imputación de cargos contra 25 militares por la operación militar en El Remanso, en Puerto Leguízamo, donde once civiles murieron, sino también la solicitud de medida de aseguramiento en centro carcelario.
De acuerdo con el expediente exclusivo de la investigación, estaría implicado el coronel Néstor Andrés Cadena Bautista, quien está activo actualmente en la institución y está en un Estado Mayor cumpliendo funciones administrativas mientras se adelanta la investigación.
También serán llamados un capitán, un teniente, cuatro suboficiales y 18 soldados a quienes les imputarán los delitos de homicidio en persona protegida y homicidio en modalidad de tentativa por lo ocurrido en Puerto Leguízamo hace más de un año.
“Van a ser ya procesados ante ese aspecto y pues el único conocimiento que tengo es que son 25 y exactamente son personas que sí estuvieron en el operativo”, dijo Rodolfo Palma, papá del único menor de edad que murió en ese operativo.
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Dijo sentirse agradecido porque eso es lo que esperaba, aunque llegó a pensar que "tal vez esto iba a quedar en la impunidad" y eso le "dolía mucho".
Aún no se conoce la fecha de la diligencia judicial, pero hace unas semanas la Procuraduría General abrió investigación disciplinaria en contra de un general, dos coroneles un capitán, un teniente y otros tres militares por el caso de Puerto Leguízamo por presuntamente haber manipulado la escena del crimen y, al parecer, haber disparado indiscriminadamente.
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“De igual manera, se ordenó la práctica de pruebas testimoniales y documentales con el fin de esclarecer estos hechos”, dijo Javier Sarmiento, procurador delegado para los derechos humanos sobre ese proceso.
Un equipo de Noticias Caracol se desplazó en su momento al sitio para reconstruir, desde las voces de la comunidad, lo que ocurrió el lunes 28 de marzo de 2022 tras la operación militar.
Se habló con los sobrevivientes, aquellos que estuvieron bailando y tomando en el bazar y que, a pesar de las ráfagas de fusil que cruzaron de un lado a otro, se salvaron de milagro.
“No sé cómo nos escondimos detrás de una palma y eso llovía. Uno escuchaba cómo sonaban las balas, nos tiramos al suelo. Usted miraba la gente corriendo”, recordó una de esas personas.
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Testigos hablaron de las anomalías que recuerdan de esa operación militar: "En ese instante, miran por una rendija cuando le están pasando el uniforme a uno de los soldados para que se cambie. Era uno de los que había venido a hacer la masacre, por encima de la ropa que tenían de negro”.