La comunidad de Cáchira, Norte de Santander, no sale del estupor por el violento crimen del que fue víctima Karina Blanco, quien en el trayecto a su colegio fue interceptada por un hombre que abusó de ella, la mató y arrojó el cuerpo al río.
La menor alcanzó a advertir que la seguía un sujeto, incluso envió una foto, lo que movilizó a habitantes a buscarla, pero cuando la hallaron estaba sin vida.
La población desató su furia en contra del señalado abusador y asesino, quien fue linchado. Según la Policía, un familiar de la estudiante le habría propinado una herida mortal que le causó la muerte, y la comunidad impidió que fuera auxiliado.
“La joven envió unas fotografías de una persona del sector que la estaba persiguiendo y la comunidad empieza a buscar. Estando en este procedimiento, atraviesan un camino para evitar que salgan del lugar y, al parecer, un familiar de la joven le causa una herida mortal”, informó el coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander.
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La adolescente cursaba su último año de bachillerato y soñaba con ser psicóloga, manifestó su papá.
De acuerdo con el alcalde de Cáchira, el hombre que fue linchado había llegado de Venezuela hace unos meses a ese municipio para trabajar como jornalero.
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