Lodo, destrozos y desolación es el resultado de la creciente del río Andágueda que dejó damnificadas a 300 familias de Boraudo, en el municipio de Lloró, Chocó.
“Todo es una pérdida total, se mojó toditico pero ahí estamos recuperando lo que más podamos, el resto lo botamos”, dice Rafael Mosquera, habitante de esa comunidad.
Y en el Carmen de Atrato, desesperados están los familiares del transportador Johan Sebastián Quiroga, de quien solo se sabe que desde la madrugada del sábado su vehículo al parecer fue arrastrado por un alud de tierra en el sector de El Diez, en la vía Quibdó-Medellín.
“Sinceramente, pido más apoyo porque ya completamos prácticamente 50 horas sin saber nada de mi hermano y la labor es encontrarlo”, dijo Brayan Quiroga.
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“Ya en el sitio está el Ejército asegurándolo para que proceda la Policía Nacional con la de carreteras e Invías a hacer la búsqueda y el rescate de la persona, con vida o sin vida”, manifestó el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División del Ejército.
Los más de 40 mil de damnificados por la ola invernal en el Chocó también esperan las ayudas prometidas por el gobierno nacional.
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