En un fallo de 18 páginas, el Tribunal Superior de Bogotá reconoció por primera vez que una familia puede ser multiespecie, es decir, puede estar conformada por seres humanos y animales.
Todo empezó con la separación de una pareja que tenía como mascota una perra de raza bulldog, la cual quedó en poder de la mujer con la condición de que a la otra parte se le permitiera visitarla. Sin embargo, aparentemente esa condición no se cumplió y el hombre presentó una demanda ante los juzgados de familia pidiendo que se regularan los encuentros con el animal, que él consideraba su “hija perruna”.
En los juzgados le negaron esta pretensión y el caso llegó al Tribunal Superior de Bogotá.
Al estudiar la situación, el tribunal resaltó que al ser la mascota un ser sintiente puede ser considerada como miembro de una familia multiespecie, pues cumplía con los siguientes requisitos: "Se evidencia cuando i) se les da un nombre -atributo de personalidad-; ii) se tienen en cuenta sus necesidades al realizar actividades que pueden perturbar su cotidiano, por ejemplo, mudanzas, vacaciones, o divorcios; iii) el reconocimiento dentro de roles familiares, por ejemplo, como hijo o hermano".
Resalta el órgano, además, que el concepto de familia ha avanzado con el tiempo y que debe primar su protección: “No reconocer la protección de la familia multiespecie sería desconocer la mejor y actual interpretación de la Constitución Política, especialmente cuando estas necesidades ya se han expresado por la ciudadanía al acudir a la jurisdicción ordinaria, solicitando que se regulen las visitas a sus animales domésticos, ponderando el derecho a la propiedad con el bienestar del animal".
En la calles, para muchos el fallo del tribunal reconoce la importancia de las mascotas al interior del núcleo familiar.
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“Estoy de acuerdo porque son seres vivos y como seres vivos merecen respeto, y la persona que tome la decisión de tener una mascota debe ser una persona muy responsable, que le brinde amor y afecto”, señaló la ciudadana Mercedes Padrón.
Aren Devia también opina que “las mascotas son como un miembro de la familia, siempre lo han sido. En mi caso tengo una gata que adopté y nos preocupa mucho”.
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Finalmente, el Tribunal Superior de Bogotá ordenó que el juzgado de familia regule las visitas de la mascota con sus cuidadores, teniendo en cuenta factores como el bienestar y condiciones óptimas para el animal.