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La situación comenzó cuando una avioneta King 200, con matrícula estadounidense, sufrió una falla mecánica en el tren de aterrizaje al intentar llegar a la terminal aérea de El Dorado. El avión quedó inmovilizado en la pista norte, lo que llevó a su cierre temporal para permitir las labores de retiro y evaluación. Aunque la pista sur continuó operando, esto causó un efecto dominó de retrasos en vuelos programados para otras ciudades.
La falla de la avioneta no solo afectó las operaciones en Bogotá, sino que también provocó la cancelación de vuelos hacia y desde ciudades como Santa Marta y Cali. Pasajeros que se dirigían a la capital tuvieron que pasar la noche en las terminales aéreas, enfrentando la frustración de perder sus reservas y no recibir respuestas satisfactorias por parte de las aerolíneas.
El malestar de los pasajeros se vio agravado por la falta de atención por parte de las aerolíneas, que no ofrecieron soluciones adecuadas para el hospedaje o la alimentación durante la espera. Muchos de ellos expresaron su indignación ante la falta de apoyo y la incertidumbre respecto a sus itinerarios.
Las autoridades aeronáuticas recomendaron a los viajeros afectados que se pongan en contacto con sus aerolíneas para confirmar cualquier cambio en sus vuelos y evitar más inconvenientes. Además, la Aeronáutica Civil anunció que está investigando las causas del incidente, aunque afortunadamente no se reportaron heridos ni daños adicionales en la infraestructura del aeropuerto.
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