La Procuraduría General de la Nación le puso el ojo al confuso trámite de extradición del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso por parte del gobierno colombiano.
En un comunicado, la Cancillería indicó que “una vez el Ministerio cuente con la traducción de todos los demás documentos aportados por el Tribunal, se procederá a formalizar la solicitud de extradición ante el departamento de Estado”.
Luego, la ministra Claudia Blum, junto a la directora de asuntos jurídicos internacionales, salieron a rectificar lo que se entendió como un error del comunicado.
“La Cancillería colombiana, en el marco de la cooperación judicial con los Estados Unidos, ha venido adelantando los trámites correspondientes a la presentación de la solicitud de extradición ante el Departamento de Estado de ese país”, indicó la canciller.
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A lo que Alejandra Valencia, directora jurídica de asuntos internacionales, agregó: “El trámite de extradición se inicia en el mismo momento en que el gobierno radica, ya sea una solicitud de detención preventiva o una solicitud formal de extradición”.
Pero esta solo fue una confusión más en la cadena de hechos que rodean la hasta ahora fallida extradición de Mancuso. Un proceso que ha generado críticas al gobierno.
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“Hubiera puesto en el centro de las prioridades traer ese pedazo de verdad que falta sobre la relación entre el paramilitarismo, sectores de la fuerza pública, sector privado y, por supuesto, agentes del Estado”, dijo Juanita Goebertus, representante de la Alianza Verde.
El destino más seguro de Mancuso parece Italia, país que no tiene tratado de extradición con Colombia.
Por su parte, el gobierno ha explicado que han tramitado tres solicitudes de extradición e, incluso, emitieron circular roja para buscar su captura internacional.
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