Extorsión a motocarristas en Soledad habría desencadenado asesinato de una niña

En la ventana de una casa del municipio de Soledad, departamento del Atlántico, quedó la evidencia del ataque criminal que perpetraron hombres en moto y que le costó la vida a Ángela Jaramillo , una niña de 12 años que en ese momento departía con sus familiares en la sala.

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“Mi hermano se dio cuenta que venía un muchacho con un revólver afuera, él corrió y todos corrieron para el cuarto”, relató una prima de la pequeña asesinada.

Ángela recibió tres tiros, por lo que fue trasladada a un centro hospitalario, donde murió por la gravedad de las heridas.

“Como salió el viernes de vacaciones me dijo que se quería ir unos días para donde su tía y yo la dejé, entonces unos tipos llegaron armados allá queriendo entrar a la casa de mi hermana, regando tiros ahí en la casa”, contó María Eugenia Ariza, mamá de la niña asesinada.

Sobre los posibles móviles del ataque habló el subcomandante de la Policía de Barranquilla, coronel Óscar Daza, quien afirmó que “una de las principales hipótesis que tenemos es de un posible hurto a una motocicleta a un familiar de esta menor por oponerse a este hurto”.

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No obstante, autoridades investigan si el hurto estaría relacionado con extorsión a motocarristas, un delito que ahora azota también a las estaciones de combustible, las cuales han empezado a cerrar.

“Cinco estaciones de servicio, tres en el municipio de Soledad, dos en el distrito de Barranquilla, y que fundamentalmente se ha tomado esta decisión en razón a las comunicaciones que les ha llegado y en razón también a atentados de los que han sido víctimas”, explicó el presidente de Fendipetróleo, Jairo Gómez.

Por su parte, el alcalde de Soledad, Rodolfo Ucrós, anunció medidas: “Les vamos a brindar acompañamiento permanente por parte de la Policía y por parte del Ejército para que puedan seguir funcionando esas estaciones de servicio ubicadas en diferentes sectores”.

Por temor ante los panfletos amenazantes y el asesinato reciente de uno de los isleros, como se les llama a los empleados, los operadores de las gasolineras afectadas se niegan a seguir trabajando.

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