Los exjefes negociadores en los diálogos con el ELN y las extintas FARC hablaron sobre la propuesta de paz total del presidente Gustavo Petro. Ven con buenos ojos los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, pero tienen sus reparos con los acercamientos a las disidencias.
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Juan Camilo Restrepo, quien estuvo al frente de la mesa de negociación con el ELN, considera que hay buen ambiente, disposición y garantes para retomar las negociaciones con esta guerrilla en el punto en que quedaron con el expresidente Juan Manuel Santos.
Sin embargo, dijo que “es un grupo supremamente complicado y hay que armarse de paciencia y puede tomar varios meses llegar a puerto seguro en estas negociaciones".
"Pero así se demoren, vale la pena para Colombia”, advirtió Restrepo.
No obstante, en relación con las disidencias, el exjefe negociador del gobierno Santos en el proceso de paz con las FARC, Humberto De la Calle, es crítico al señalar que para este grupo no debería aplicarse un diálogo.
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“Ahora resulta que el mensaje implícito es premiar a quien incumplió e incumplió después de firmar y después de traicionar su firma”, indicó De la Calle.
El ahora senador también argumentó que la propuesta le quita seriedad al Estado y es un mal mensaje para quienes sí cumplieron el acuerdo de paz.
“A lo mejor hubiera sido preferible incumplir, utilizar el truco, reabrir las conversaciones y además le quita seriedad al Estado. El Estado colombiano dijo esta es su oportunidad, no hay una nueva oportunidad”, agregó el exjefe negociador.
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En ambos casos, los exnegociadores afirman que el Gobierno tiene que aplicar la paciencia para dar cada paso en la búsqueda de la paz total y en ningún caso dar un cheque en blanco a los grupos criminales.
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