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"Si hoy volvieras a la universidad
, ¿escogerías la misma carrera?". Con esta pregunta, los portales de reclutamiento y vida profesional indagaron en un grupo de jóvenes el nivel de satisfacción que tienen frente a su decisión profesional. En ZipRecruiter, 44% de las personas mostraban arrepentimiento, mientras que en LinkedIn la tasa de insatisfacción era del 38%.
Periodismo (87%) es la carrera que encabeza la lista, seguida de Sociología (72%), Bellas Artes (72%), Comunicación (64%), Educación (61%), Marketing y Management (60%), Asistencia Clínica (58%), Ciencias Políticas (56%), Biología (52%) y Lengua y Literatura inglesa (52%).
Luz Karime Abadía, codirectora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, considera que esta percepción tiene mucho que ver con las oportunidades del mercado laboral y la posibilidad de desempeñar dicha profesión. A partir de ello, menciona tres factores principales que transversalizan la problemática.
El primero es que en Colombia hay una mala orientación vocacional desde el colegio, lo que hace que los jóvenes, al momento de tomar una decisión de este calibre, no tengan la información suficiente para ello, en la cual figura el rango salarial promedio de la carrera deseada, la demanda dentro de su región, qué posibilidades de vinculación tiene y qué habilidades específicas requiere para ejecutarse.
“Uno de los estudios realizados desde el laboratorio demostró que casi la mitad de los jóvenes eligen carreras que no están en las instituciones de educación superior o en la región que escogieron”, señala la experta.
El segundo está relacionado con las altas tasas de desempleo en el país, especialmente en los jóvenes, con el agravante de que en este momento no se posee ninguna política pública o estrategia clara como nación para atacar esta problemática de raíz. “Las empresas se quejan de que las personas se gradúan y no adquieren las habilidades que se requieren”, afirma.
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Por último, Abadía destaca que Colombia sigue siendo muy conservador y tradicional en la oferta de las instituciones. Así mismo, expone que en el país hay cerca de 300 instituciones de educación superior, pero “desafortunadamente muchas de ellas no gozan de buena calidad, entonces los jóvenes no están adquiriendo las habilidades que requieren”.
A esto le agrega que tampoco se está haciendo una medición como país de cuáles son las profesiones que se requieren. Y más allá de los campos profesionales, son las habilidades que requiere el mercado, no necesariamente el título que se obtiene al terminar un ciclo académico.
A pesar de ello, también hay personas satisfechas con su profesión, especialmente aquellas que estudiaron Informática (72%), Criminología (72%), Ingeniería (71%), Enfermería (69%), Medicina (67%), Administración y Dirección de Empresas (66%), Finanzas (66%), Psicología (65%), Construcción (65%) y Recursos Humanos (58%).
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La profesional asegura que el país ha avanzado satisfactoriamente en el tema de certificaciones, ya que esto beneficia a las personas que podrían y tienen habilidades para un saber hacer específico, algo apetecido por el mercado laboral.
“Se requiere fortalecer más las carreras técnicas y tecnológicas. Son ciclos más cortos y si se hacen como hacen países como Alemania o Finlandia, en las cuales se crean los planes de estudio en conjunto con el sector productivo y con un componente práctico más grande, los estudiantes salen con trabajo desde que se gradúan”. Antes que pensar en una segunda carrera se deben fortalecer las certificaciones, hacer una buena hoja de vida y aspirar al bilingüismo.
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