Una de las más sanguinarias estructuras de las disidencias de las FARC, conocida como la columna Dagoberto Ramos, sería responsable del atentado en el que murieron siete policías.
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La investigación de un grupo especial del CTI, que viajó desde Bogotá hasta el sitio del ataque, ya empieza a arrojar valiosa información de los responsables del brutal ataque cerca de Neiva, capital del Huila.
En el barrido que los agentes del CTI realizan milímetro a milímetro en la zona han encontrado pistas del tipo de explosivo, la cantidad y la manera en que fue activado para asesinar a los policías.
También encontraron rastros valiosos de quienes habrían instalado las cargas explosivas, por lo que insisten en la hipótesis de que se trataría de integrantes de la más sanguinaria estructura de las disidencias de las FARC, conocida en el mundo delincuencial como la Dagoberto Ramos, al mando de alias ‘David’ o ‘Chilonga’.
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Este hombre, entre 2016 y 2018, estuvo vinculado a la Agencia para la Reincorporación durante el proceso de paz. En el 2020 se convirtió en máximo jefe de la Dagoberto Ramos.
De acuerdo con las primeras hipótesis que manejan agentes de inteligencia de la Policía y del CTI de la Fiscalía, alias ‘Chilonga’ habría designado a alias ‘Wilson’ o ‘el Negro’ como jefe de la comisión de la Dagoberto Ramos en el Huila, para realizar actos terroristas en esa zona del país, especialmente contra la fuerza pública, y así demostrar poder ante las autoridades y pequeños grupos delincuenciales que actúan en dicho departamento.
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Esta sería una manera de extender sus tentáculos criminales y llegar con fuerza a Neiva, concretamente, para realizar proselitismo armado, retenes ilegales, reclutamiento forzado y extorsiones. Actividades delincuenciales que ejercían con gran fuerza en Caquetá, Valle del Cauca y Cauca, zonas de influencia donde se fortalecieron desde el año 2017 con exguerrilleros del entonces frente sexto de las FARC.
Además, aseguran que, para esa organización criminal, el Huila sería una ruta estratégica que les permitiría obtener un poder y control absoluto de la cadena de narcotráfico, el principal músculo económico de la estructura.